La más celebrada obra de la escritora francesa, esta historia de un triángulo amoroso entre dos adultos y una jovencita pone al descubierto las más oscuras ambigüedades de la moral al uso.
Un triángulo amoroso formado por dos adultos y una jovencita es el vehículo del que se sirvió Simone de Beauvoir en su primera gran novela para explorar los dilemas existencialistas que marcarían toda su obra: la libertad, la acción y la responsabilidad individuales.
El escenario es el ambiente artístico del París de la primera mitad del siglo XX, y el modo en que expone las relaciones de pareja y la infidelidad, poniendo así de manifiesto las más ocuras ambigüedades de la moral burguesa al uso, la convirtieron rápidamente en una obra de gran éxito, y con la perspectiva del tiempo se revela como el compendio de las grandes ideas sobre las que girará toda la obra posterior de Simone de Beauvoir.
Simone de Beauvoir (París, 1908-1986) fue educada según la sólida moral cristiana vigente en la época. En 1929 conoció a Jean-Paul Sartre en Sorbona, donde ambos estudiaban filosofía, y con él mantendría una relación personal durante el resto de su vida. Fue profesora de filosofía hasta 1943 en escuelas de diferentes lugares de Francia, como Ruan y Marsella. Durante la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana de París vivió en la ciudad tomada, y allí escribió su primera novela, La invitada (1943), en la que explora los dilemas existencialistas de la libertad la acción y la responsabilidad individual, temas que aborda igualmente en novelas posteriores como La sangre de los otros (1944) y Los mandarines (1954), por la que recibió el Premio Goncourt y que se considera la más importante de todas sus obras. Sus textos destacan además por las tesis existencialistas y la evolución del feminismo. Destacan, entre otras, Memorias de una joven formal (1958), La vejez (1970) o La ceremonia del adiós (1981).