Es, sin duda, una de las novelistas británicas más influyentes de siglo XX, tanto por la novedad de los temas que aborda en sus obras como por la composición formal de las mismas. Fundadora con su marido, Leonard Woolf, de la editorial Hogarth Press, donde publicarían a Rilke, Svevo o Freud, entre otros, no tardó en convertirse en uno de los nombres más sobresalientes del llamado «Grupo de Bloomsbury», formado por: Roger Fry, John M. Keynes, Vanessa Stephen, E. M. Foster...
Después de dedicarse por un tiempo a la crítica literaria, en 1915 inició una carrera como narradora marcada por la voluntad de liberar la prosa inglesa del realismo y la uniformidad en que se había estancado, al tiempo que investigaba en el terreno de la teoría literaria y de la condición de la mujer. Sus novelas La señora Dalloway (1925), Al Faro (1927), Orlando (1928) y Las olas (1931) ocupan un lugar destacado en la historia de la literatura universal.