Acaba de nacer el futuro rey Alfonso XII, y se busca a una nodriza real. Desde el valle del Pas, Alfonsa y Antoñuca llegan a Oviedo para optar por el puesto, pues amamantar al nuevo príncipe resolvería todos sus problemas. Pero la competencia es feroz, y las dos hermanas se ven arrastradas a relacionarse con otras mujeres que también buscan su hueco en la sociedad. Entretanto, en la Inclusa donde trabaja, Leonora pasa las horas deseando ser madre y se refugia en su hermana Elena, que acaba de dar a luz. Como la reina, otras mujeres necesitan de nodrizas para amamantar a sus hijos; así lo hizo Gertrudis, que intenta hacerse valer en el mundo del vino de la sociedad jerezana.

Con el tiempo, los destinos de todas estas mujeres se verán entremezclados. Madres amantísimas o mujeres que no desean hijos, todas ellas son esos ángeles insurrectos que describen el ideal femenino del siglo xix: mujer, esposa y madre; ángeles de un hogar al que conservan pero del que apenas pueden salir. Son bodegueras, dentistas, fotógrafas, directoras de centros asistenciales, matronas, azafatas de la reina o regentes, y, sin pretenderlo, rompen la jaula en que la sociedad las quiere tener presas. Y entonces despliegan sus alas…

Novela de clara ascendencia realista, con escritura brillante y contrastada documentación, Carolina Molina nos presenta en Los ángeles insurrectos una panorámica de la mujer en el siglo xix. Porque ellas siempre estuvieron ahí, y sólo hay que saber encontrarlas.