Esta sobervia novela recrea, a partir de la figura de Leonardo da Vinci, el ideal del hombre renacentista. La grandeza de Leonardo, máximo representante del genio en estado puro, se mide con la de sus rivales contemporáneos: Rafael y Miguel Ángel. Hijo bastardo a quien siempre persiguió el rumor de la sodomía, Leonardo empezó su carrera como arquitecto al servicio de Ludovico Sforza, gran duque de Milán, en 1497. Hasta su muerte sirvió a diversos papas y a familias rivales como los Borgia y los Médici. Sin embargo, la figura de Leonardo descuella sobre los papas, príncipes, genios y cortesanos insaciables. Su lucha por reconciliar el agudo conflicto entre el cristianismo y las supervivencias del paganismo refleja las batallas espirituales del Renacimiento.
Esta obra, deslumbrante alegoría de la Italia renacentista, es una excelente muestra de que, a pesar de su deuda con la historia, la novela histórica se rige por sus propias reglas para reconstruir con innegable fuerza dramática el mensaje de una época. Una obra maestra de la literatura rusa.
«Una deslumbrante alegoría de la Italia Renacentista. La biografía asombrosa de este héroe, de este semidiós, halla a través de la pluma de Merezhkovski su manifestación más completa y perfecta». Paul Valéry
Muy influido por las corrientes culturales de Occidente, inicia su carrera literaria como poeta simbolista, a él se debe el célebre manifiesto del simbolismo ruso.
Su profundo conocimiento de la Antigüedad clásica y del mundo renacentista le hizo decantarse hacia la narrativa histórica, terreno en el cual su estilo rico y preciso alcanzó las más altas cotas de eficacia narrativa.
Con el paso de los años, sus inquietudes se ampliaron a la lucha del paganismo contra el cristianismo, así como al enfrentamiento entre materialismo e idealismo a lo largo de la historia.
Tras la Revolución soviética de 1917 emigró a Francia, donde permaneció hasta su muerte.