Escritor, guionista y crítico inglés. En 1927, se convirtió al catolicismo, lo que influyó poderosamente en su obra, iniciada dos años después, en la que la lucha que libra el hombre contemporáneo entre el bien y el mal es un tema frecuente. A menudo, sus personajes se ven enfrentados al conflicto entre la atracción por el pecado y la pérdida de la fe; pero otra vertiente importante de su producción la forman narraciones de tono más ligero, que el propio autor calificó de entertaiments, en las que pone de manifiesto su destreza en la construcción de tramas capaces de atrapar y mantener en tensión al lector más experimentado, evitando siempre el fácil truco efectivo, aunque en ningún caso se trata de obras menores.

Aunando de forma magistral la intriga, la tensión narrativa y una innegable calidad literaria, su obra se ha convertido en un inmejorable punto de referencia para valorar con justicia la enorme cantidad de cultivadores del género que han seguido sus pasos.

Nuestro hombre en La Habana, El cónsul honorario, El factor humano, El americano tranquilo, El poder y la gloria, El tercer hombre y El tren de Estambul, así como muchos cuentos, son sólo algunos de los títulos que lo han convertido en uno de los autores más importantes del siglo XX. Muchas de sus novelas se han llevado a la gran pantalla: El cónsul honorario, El americano tranquilo, El fin del romance, El tercer hombre, Nuestro hombre en La Habana,...