Un mundo feliz es posiblemente la novela más leída de Huxley, y su influencia es evidente tanto en buena parte de la novela de ciencia ficción de calidad como en las novelas filosóficas. Presenta un mundo en el que el Estado controla hasta el más mínimo detalle de la vida de los individuos, a los que mantiene en una ignorancia, producto de un depurado lavado de cerebro.
Nueva visita a un mundo feliz es la obra con la que años después Huxley analizó su propia novela y juzgó en qué se había equivocado y, sobre todo, en qué había acertado al detectar tendencias sociales y políticas que amenazaban a la cultura humanística y a la libertad del ser humano.
Dos textos que se complementan y enriquecen mutuamente, además de una invitación a la reflexión sobre el destino de la humanidad.
Procedente de familia de tradición intelectual, se formó en Eton y Oxford. Después de unas primeras novelas predominantemente satíricas, el éxito y la atención de la crítica más rigurosa llegó con Contrapunto (1928), ambiciosa e inteligente novela que constituye uno de los retratos más agudos y completos del esnobismo intelectual de entreguerras. Su siguiente publicación, Un mundo feliz (1932), es quizá su obra más famosa y sin duda la más inquietante. Pasó un tiempo escribiendo guiones cinematográficos en Hollywood, hasta que volvió a situarse en primera línea con las novelas Muere el cisne depués del verano (1939), El genio y la diosa (1945), El tiempo debe detenerse (1948), Mono y esencia (1949) y La isla (1962); así como los polémicos ensayos Eminencia gris (1941), La filosofía perenne (1946) y Nueva visita a un mundo feliz (1958).