Bernard Rogge (1899-1982), capitán de la marina alemana durante la Segunda Guerra Mundial, recibió las más altas condecoraciones por su labor al frente del crucero auxiliar Atlantis. Al finalizar la guerra era vicealmirante y fue uno de los pocos oficiales de su rango que no resultó arrestado por los aliados, ya que se estimó que su comportamiento se había ajustado siempre al derecho internacional. Después de la guerra continuó vinculado a la marina de la República Federal Alemana y ejerció diversos cargos dentro de la OTAN, llegando a ser contraalmirante.
Wolfgang Frank (Lübeck 1909-1980), licenciado en derecho y experto en navegación, se especializó en novelas y reportajes que tenian a la navegación como tema central. Antes de la Segunda Guerra Mumdial, publicó varios libros que daban cuenta de sus travesías a vela del Atlántico, así como de sus experiencias como tripulante de un barco ballenero en los matres antárticos. Durante la contienda sirvió en la marina alemana y acompañó al comandante del submarino U47, Günther Prien, con quien trabó estrecha amistad. Tras su muerte, escribió un libro basado en sus diarios de guerra, Prien greift an (1942). Sin embargo, su mayor éxito vino de la mano del best-seller Los lobos y el almirante (1953), una crónica novelada de la guerra de submarinos. A esta le siguió la narración de las aventuras del Atlantis, Bajo diez banderas (1955) así como Verklungen Horn und Geläut (1959), biografía novelada de un guarda forestal.
Fue uno de los traductores del alemán más reconocidos y laureados de nuestro país. Ha traducido al español obras de, entre otros, Goethe, Thomas Mann, Kafka, Hermann Hesse, Bertolt Brecht, Elias Canetti, Günter Grass, Robert Walser y Joseph Roth.
Recibió el Premio Nacional de Traducción de España al conjunto de su obra, otorgado por el Ministerio de Cultura en 2004 y en el y también recibió el Premio Nacional a la Mejor Traducción en 1995 por la traducción de la obra Historia del Doctor Johan Fausto. Por último también recibiría el Premio de traducción de la Fundación Hesse en Alemania en 2004, aunque no fue el único premio de traducción que recibió, anteriormente también lo habían premiado e Austria.
Falleció en Peú en 2014, aquejado de una enfermedad que lo obligó a estar en silla de ruedas los últimos años de su vida, pero esto no impidió que continuara traduciendo obras hasta el final.