Cuando Thomas Mann tenía sólo veinticinco años decidió seguir el consejo de su editor y pasar de los cuentos a escribir una novela. Así se lo explicó entonces a Otto Grautoff en una carta: «Fischer ha expresado reiteradamente en sus cartas el deseo de publicar una obra mayor mía en prosa; un libro así lo podría comercializar mejor que un volumen de cuentos. Yo mismo no había creído hasta ahora que llegase a tener el valor de emprender una empresa así. Pero, casi de repente, he descubierto una materia, he tomado una resolución y estoy pensando en comenzar con la escritura».
Cuentan que Fischer se desesperó al ver que la novela en cuestión tenía más de 900 páginas; eso obligaría a publicarla en dos volúmenes, ¡lo cual era todavía menos comercial que los cuentos! Por supuesto, Thomas Mann se negó a recortar una sola línea, y el resto ya es Historia de la literatura universal: más de seis millones de ejemplares vendidos en alemán, traducciones a más de treinta lenguas. Cuando en 1929 le concedió a Thomas Mann el Premio Nobel de Literatura, la Academia sueca afirmó que era «principalmente por su gran novela, Los Buddenbrook, que ha conquistado un reconocimiento cada vez mayor como una de las grandes obras clásicas de la literatura contemporánea».
La ciudad de Lübeck y su propia familia sirvieron de inspiración a Thomas Mann para escribir esta extraordinaria saga familiar que abarca cuatro generaciones y un espacio temporal entre 1835 y 1877. En ella no sólo traza un gigantesco fresco de una época y una sociedad, sino también un hondo retrato de la naturaleza humana: ganadores y perdedores, valientes y cobardes, afortunados y miserables, ricos y pobres.
Isabel García Adánez ha sabido encontrar una voz precisa para Thomas Mann en castellano. El éxito de su magnífica traducción en 2005 de La montaña mágica fue arrollador: reportajes y críticas elogiosas en todos los medios de comunicación, Premio Quijote a la Mejor Traducción del año y la novela, después de tantos años, situada de nuevo en las listas de los más vendidos. Y, tras todo aquello, su labor continuó con esta maravillosa traducción de Los Buddenbrook.
Es un clásico indiscutible de la literatura alemana. Hizo del ser humano, condicionado por su contexto político y social, y del conflicto que puede surgir entre la vida y el arte o la inteligencia, el centro de buena parte de su extensa obra narrativa, en la que destacan, entre otros títulos, Los Buddenbrook (1901), Tonio Kröger (1903), La muerte en Venecia (1912), La montaña mágica (1924), considerado a menudo su obra más importante, Mario y el mago (1930), Carlota en Weimar (1939), Las cabezas trocadas (1940), Doktor Faustus (1947), El Elegido (1951), La engañada (1953), Confesiones del estafador Félix Krull (1954), o Cuentos completos. En 1929 obtuvo el Premio Nobel de Literatura.
Doctora en Filología Alemana, Licenciada en Filología Hispánica y en Filología Alemana. Desde 2011 es Profesora titular de la Universidad UCM. En 2020 ha sido galardonada con el Premio Nacional a la mejor traducción por su trabajo en la obra de Herta Müller Siempre lo misma nieve y siempre el mismo tío.