Es un clásico indiscutible de la literatura alemana. Hizo del ser humano, condicionado por su contexto político y social, y del conflicto que puede surgir entre la vida y el arte o la inteligencia, el centro de buena parte de su extensa obra narrativa, en la que destacan, entre otros títulos, Los Buddenbrook (1901), Tonio Kröger (1903), La muerte en Venecia (1912), La montaña mágica (1924), considerado a menudo su obra más importante, Mario y el mago (1930), Carlota en Weimar (1939), Las cabezas trocadas (1940), Doktor Faustus (1947), El Elegido (1951), La engañada (1953), Confesiones del estafador Félix Krull (1954), o Cuentos completos. En 1929 obtuvo el Premio Nobel de Literatura.